INMIGRACION y PARO

Vicente Castelló, Cinco Dias

Hoy, la población extranjera es el 8% de la población total española, frente al 1,5% de 1998. Este porcentaje es inferior al observado en otros países de nuestro entorno, pero su rápido crecimiento ha provocado el debate sobre la incidencia y las consecuencias socioeconómicas de la inmigración.

En este sentido, determinados segmentos de la sociedad alertan de los riesgos de que los inmigrantes desplacen a los trabajadores nacionales de sus puestos de trabajo, provocando una reducción salarial, y se invoca como argumento sólido para justificar una actitud de rechazo a la inmigración.

Sin embargo dicha reflexión no esta avalada por la evidencia empírica. Por ello, llegado a este punto hay que preguntarse: ¿Cuál es el impacto de la inmigración sobre el paro y el nivel salarial?

Según un estudio reciente del Banco de España, la inmigración se ha traducido en un incremento de la tasa de empleo de la economía española, dado que no se encuentran efectos negativos significativos sobre las posibilidades de empleo de la población nacional. Otra consecuencia es que los salarios de los trabajadores nacionales se podrían ver afectados por el incremento de la oferta laboral, siendo más intenso este efecto sobre aquellos trabajadores con niveles de cualificación o experiencia laboral más reducida.

Además, un reciente estudio elaborado en Francia por el Comissariat General du Plan concluye: los empleos y los salarios de los nativos no se ven apenas afectados por la entrada de nuevos inmigrantes.

Así, los trabajadores inmigrantes afiliados a la Seguridad Social se concentran en cinco segmentos de actividad caracterizados por la temporalidad y la inestabilidad: construcción (20%), hostelería (14%), agricultura (12%), comercio (12%) y servicio doméstico (10%).

Los extranjeros sólo representan el 7,4% del total de afiliados a la Seguridad Social, aunque su presencia en algunas actividades es mayor: servicio doméstico (50%), hostelería (13%), agrícola (11%) y construcción (10%).

Si exceptuamos el servicio doméstico, con participación a partes iguales entre nativos e inmigrantes, en el resto de los sectores, los españoles cuentan con una importante participación (superior al 87%). Estos datos confirman que no se ha producido una sustitución de los autóctonos por inmigrantes, ni asimismo una reducción salarial. En definitiva, entre los trabajadores españoles y los inmigrantes existe una relación de complementariedad por la inexistencia de nativos dispuestos a aceptar ciertos trabajos. El descenso del paro registrado en más de 88.000 personas, en mayo pasado, estarían en la línea de nuestro análisis.

2 comentarios:

  1. Cada vez son más frecuentes las protestas de trabajadroes españoles para que no se contrate a inmigrantes en su fábrica... a donde llegaremos...

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  2. Han contribuido al crecimiento económico y ahora que nos "estorban" son el chivo espiatorio

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