SHELL, EXXON MOBIL y MULTINACIONALES mineras del CONGO

"Oro, diamantes, coltan salían de las entrañas de las montañas... y las alimañas se las llevaban con artimañas extrañas" (Un extraño)

Shell. Abusos contra el pueblo Ogoni en el Delta del Níger
 Shell, en los años 90, ha sido cómplice del abuso de derechos humanos en Nigeria. La empresa financió y ayudó a los militares que participaron en la represión contra la comunidad Ogoni que se oponía a las operaciones de Shell en la región del Delta del Níger.

El fundador del Movimiento para la Supervivencia del Pueblo Ogoni y ocho de sus compañeros, que realizaron una campaña no violenta para denunciar la destrucción que la producción petrolera ocasionaba en su ecosistema y modo de vida, fueron ahorcados por el Gobierno de Sani Abacha el 10 de noviembre de 1995. En 1999 la organización Human Right Watch acusó a Shell de perturbar la vida y medio ambiente del pueblo Ogoni, y de actuar en connivencia con el Gobierno militar para reprimir las protestas pacíficas de la población.

Shell, a lo largo de trece años, ha realizado numerosos intentos para que el caso fuese desestimado. Aún así, la demanda prosperó y en junio de 2009 un tribunal federal de EEUU ha condenado a la petrolera a pagar 15,5 millones de dólares. Esta condena supone un hito muy importante sobre la necesidad de que las empresas multinacionales rindan cuentas, la necesidad de mecanismos para ello, así como de abrir una vía para luchar contra la impunidad de las empresas.
Fuente: Friends of Earth, Público


Shell. Petróleo y contaminación en Nigeria

La multinacional petrolera anglo-holandesa trabaja desde 1956 en Nigeria, en el Delta del Níger. Y lo hace con unos métodos de explotación inadmisibles en la Unión Europea o en los EEUU. La combustión de gases y los vertidos de petróleo y residuos han generado una de las mayores catástrofes medio ambientales del siglo XX y que aún continúa. Los habitantes de la zona beben y cocinan con agua contaminada y sus medios de subsistencia han sido totalmente arruinados, destruyendo los campos de cultivo y la pesca en los ríos.

Asimismo, la combustión de gases en el Delta del Níger ha sido uno de los mayores contribuyentes al cambio climático a nivel mundial durante décadas. A pesar de que las cifras varían dependiendo de fuentes industriales y la investigación del Banco Mundial, podría decirse que la quema de gas en el Delta del Níger envía cada año a la atmósfera entre 53 y 60 millones de toneladas de dióxido de carbono. Esto equivale a las emisiones anuales de nueve a diez millones de vehículos en Estados Unidos.
Actualmente desde diferentes organizaciones internacionales se trabaja para que Shell asuma sus impactos y reparen a los afectados. El Gobierno nigeriano ingresa miles de millones de dólares por los depósitos de petróleo, mientras la inmensa mayoría de la población de las zonas productoras de petróleo vive en la pobreza.
Fuente: Friends of Earth Internacional

Empresas mineras en la R.D. del Congo

La República Democrática del Congo es rica en madera, diamantes, oro, coltán y casiterita. El control de estas materias primas ha contribuido a graves abusos de derechos humanos por parte del gobierno congoleño y de empresas extranjeras con intereses en el país.

La explotación de estos recursos ha sumido al país en una de las guerras más brutales del continente africano. Y en esto el sector privado juega un papel esencial tanto en la explotación de los recursos naturales como en mantener el conflicto. Son numerosas las empresas que han participado en la guerra y la fomentan directamente bien intercambiando armas por recursos naturales, bien facilitando el acceso a los recursos financieros para adquirir armas. Las empresas que comercian con minerales han preparado el terreno para que las actividades ilícitas de minería en el país se desarrollen.

Fuente: Global Witness, Informe del Grupo de Expertos encargado de examinar la explotación ilegal de los recursos naturales y otras formas de riqueza de la República Democrática del Congo. Consejo de Seguridad de la ONU, abril 2001.

Exxon Valdez de Exxon Mobil

El buque ‘Exxon Valdez’ de la compañía estadounidense Exxon Mobil derramó en Alaska 37.000 toneladas de hidrocarburo. La mancha se expandió por más de 2.000 kilómetros de costa, provocando la peor tragedia ecológica que haya vivido Alaska en toda su historia.

Fue en 1989 y nunca se ha sabido con exactitud la cantidad de animales que perecieron. Veinte años después cientos de animales aún continúan resintiendo los efectos de la contaminación de la bahía, además del impacto sobre los pescadores y negocios que dependían económicamente de los recursos de la zona. ExxonMobil en 1991 se declaró culpable de infringir varias leyes ambientales y fue condenada a pagar cinco mil millones de dólares, aunque ha utilizado sus recursos económicos y poder para evitar cualquier futura responsabilidad en el caso. ExxonMobil financió un estudio que indica que la zona se estaba recuperando y ha gastado millones de dólares en campañas publicitarias para hacer creer al público que es una empresa comprometida con los temas sociales y ambientales, aunque la realidad parece ser otra, ya que diversas investigaciones han demostrado que el problema en Alaska se mantiene y que el petróleo que todavía queda en la zona ha provocado otros problemas que están afectando a la fauna: peces, nutrias y patos. Después de años de litigios, ExxonMobil, a través de la corte de apelaciones, logró reducir la multa a la mitad, 2.500 millones. No obstante, la Corte Suprema de EEUU dictaminó en junio de 2008 que dicha cantidad era "excesiva" y la redujo a 507 millones, el 10% del monto inicial.
Fuente: Greenpeace, New York Times

Bhopal

La mayor catástrofe química de la historia tuvo lugar la noche del 2 al 3 de diciembre de 1984. La fábrica de pesticidas de Union Carbide Corporation, en Bhopal, India, dispersó 40 toneladas de gases letales al ambiente. La fuga de se produjo por negligencias en el mantenimiento de la fábrica. La cifra de personas fallecidas por exposición directa a los gases, al tercer día del desastre, ascendía a 8.000 personas.

Union Carbide se negó a suministrar información sobre la naturaleza del envenenamiento. De haberlo hecho, los médicos hubieran tenido la posibilidad de dar un tratamiento adecuado a las personas intoxicadas. Ni Union Carbide ni Dow Chemical, su actual propietaria, a día de hoy, han ofrecido información a los supervivientes y a las agencias médicas indias sobre la composición exacta del gas liberado y sobre sus efectos para la salud humana.

El desastre que comenzó la noche del 2 de diciembre de 1984 no ha finalizado, ya que Union Carbide abandonó la fábrica dejando atrás miles de toneladas de sustancias peligrosas y un suministro de agua contaminada que, todavía hoy, sigue causando daños al pueblo de Bhopal.
Union Carbide se mostró reacia a asumir la responsabilidad por las muertes ocasionadas y pagó al gobierno de India una indemnización inadecuada. Todavía, 25 años más tarde, en torno a 540.000 de las personas expuestas a los gases pueden tener sustancias tóxicas en su flujo sanguíneo; los hijos de los afectados se enfrentan a las secuelas del gas; y los más de 150.000 enfermos crónicos que sobrevivieron a la catástrofe siguen necesitando tratamiento médico.

Aunque han pasado ya 25 años desde la tragedia todavía no se ha dictado condena, ni se han pagado indemnizaciones. Pero lo que es peor, ni siquiera se han limpiado las aguas subterráneas de la zona.
Fuente: Greenpeace España

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