PETER, NIÑO SOLDADO en SIERRA LEONA

Tengo unos 18 años. Nací y vivo en Monrovia (Liberia). Mi padre era conductor y mi madre enfermera. Yo iba al colegio con mis 4 hermanos y mis 3 hermanas (sobrevivimos 4). Los rebeldes atacaron mi aldea y mi madre desapareció. En el segundo ataque se me llevaron. Cuento mi historia en Peter, niño soldado


- De niño me gustaba jugar con mis amigos de la escuela y tenía un perro que se llamaba Bingo. Nuestra casa era de barro marrón. En sus anillos de bodas mis padres tenían grabada la palabra amor.

-¿Cuál fue la última vez que vio a su familia?

-La primera vez que los rebeldes atacaron la aldea, en la huida perdimos a mi madre. La segunda vez no pudimos huir. Los rebeldes vinieron a casa y le dijeron a mi padre que amontonara todas las cosas de valor y luego que eligiera entre ellas o su vida.

-¿Qué sentía?

-Estaba triste, agotado y no entendía nada. Tras días y noches de caminar por la selva, llegamos a la base. Entonces nos metieron a todos los niños -unos cien- en una gran fosa llena de agua sucia durante tres días, sin comer y sin dormir. Nos marcaron las siglas RUF (Frente Unido Revolucionario) con un hierro candente en el pecho y empezaron los entrenamientos.

-¿Cómo eran esos entrenamientos?

-Se realizaban con fuego real y continuamente nuestros superiores nos ponían la pistola en la sien y disparaban, a veces con bala. Lo hacían para que nos acostumbráramos. El examen final consistía en sobrevivir al ataque de los combatientes. O aprobabas o morías. Sobrevivimos pocos. También nos obligaban a tomar drogas y a tener relaciones sexuales con mujeres.

-¿Qué drogas?

-Heroína, djamba (marihuana) y brownbrown, una mezcla de pólvora y cocaína que nos comíamos. Antes de los combates nos hacían cortes en la sien para untarnos esos polvos. Con ellas me olvidé de mi familia y no me daba miedo ir en primera línea de fuego. Los más pequeños éramos los más valientes. Éramos máquinas de matar.

-Usted ha hecho cosas terribles, por ejemplo, cocinar y comerse a un bebé. ¿No tenía concepto de lo que estaba bien y de lo que estaba mal?

-Cuando entrábamos en las ciudades lo hacíamos disparando. Había gente por las calles: gente preparando la comida, gente cargando sus vehículos. Mucha gente. Y no voy a mentir: nosotros hacíamos lo que nos habían dicho, nosotros disparábamos. No nos importaba quién sobrevivía y quién no.

-¿Se hizo adicto a la violencia?

-Sí, todos lo éramos. A la gente que capturábamos le cortábamos las manos, las orejas... Lo hacíamos sobre todo con los soldados, para que nos temieran.

-¿Los dejaban vivos?

-A algunos les colgábamos un cartel en el pecho que decía: "Eso es lo que os va a pasar si peleáis contra nosotros". También les sacábamos los ojos y otras partes del cuerpo. Nada nos importaba. Cocinábamos el corazón de nuestros enemigos y nos lo comíamos. Pero si alguno de nosotros decía que necesitaba corazones humanos, pues los cogíamos sin pensar. Nada nos infundía respeto.

-¿Por qué hacían eso?

-Nos obligaban y, además, hacer cosas malas nos hacía sentir más valientes. También pegábamos a niños hasta saciarnos. Y sí, una vez que nos encontramos a una mujer embarazada, empezamos a discutir si llevaba un niño o una niña en su vientre. Le abrimos las entrañas para averiguarlo y nos comimos al niño. Yo era muy pequeño, no sabía lo que estaba bien y lo que estaba mal.

-¿Por qué ha decidido contar su historia?

-Lo que yo he vivido no podía guardarlo en mi corazón, porque si lo guardas te puede matar. Ahora mi historia la sostienen más manos y pesa menos. Soy una especie de representante de los niños soldado de África

IMA SANCHÍS -: La Vanguardia

2 comentarios:

  1. Cuando pienso que probablemente las armas y la munición con que mueren y matan estos niños son fabricadas en España y vendidas en África por la intermediación del ministro de asuntos exteriores del "pacifista" ZP... se me revuelven las tripas.

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  2. Es espeluznante este testimonio. A donde hemos llegado para mantener nuestro robo a áfríca y el negocio de la venta de armas... y encima como dice Germán con la colaboración activa de nuestro gobierno... con nuestra colaboración

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