Luchar contra las excusas, por Raúl San Julián

A veces me levanto tarde lleno de excusas, con la almohada empapada en excusas y los pies fríos. A veces se me ocurren excusas maravillosas mientras unto mis tostadas con mermelada o mientras cojo el Metro. A veces las excusas llegan después de la comida con Mama o de improvisto mientras me tomo un café en el centro. Incluso recuerdo excusas que llegaron después de cenar o viendo una película de madrugada.

A veces las excusas forman una jungla y se tornan en árboles y helechos que no me dejan ver ni donde estoy, ni quien soy, ni para que soy.

Con un poco de suerte, algunas noches, sueño con romper las excusas y con tener conciencia. Con en el deber por encima del derecho. Me veo a mi mismo con un machete en la mano y con ganas de acabar con todas las excusas del mundo, hacer un holocausto de excusas y ser un HOMBRE….Pero de pronto…¡Paff! Una excusa aparece y le dice al machete: mejor dejarlo para otro día y sin que se de cuenta mi conciencia, salgo corriendo del sueño como a escondidas, por miedo a enfrentarme a la verdad y a estar desnudo.

La verdad. ¿Qué es la verdad?

La verdad es que vivo, respiro y sueño con excusas. Yo mismo soy una excusa para no hacer lo que tengo que hacer. Durante más de 1 año y medio me puse excusas para no hacer Teatrozero y durante 3 meses le he puesto excusas a mi amigo para no escribir este articulo.

Si se fijan en el primer párrafo, observaran que el número de excusas es proporcional al nivel de vida que tengo, incluso al número de comidas que ingiero sin dar gracias a nadie.

Excusas y Buena Vida. ¿Qué fue primero? ¿El huevo o la gallina?

Hace unos 4 meses me negué a seguir poniendo excusas. No tengo derecho a poner excusas cuando el 80% de la población se muere de hambre; cuando 18.000 inmigrantes ya han muerto en el estrecho y cuando ser pobre ya es un delito. Cuando se persigue, se caza y se miente delante de nuestras narices…las excusas:
- O se caen
- O te alejan del mundo.

Me pregunto a veces, que excusas se pusieron los alemanes en los años 30, cuando sabiendo lo que sabían, decidieron mirar para otro lado y dejarse llevar.

¿Qué excusas nos ponemos para no luchar?
¿Para NO hacer lo que debemos y SI hacer lo que queremos?

Hace 4 meses, gracias a mis amigos (¿como si no?) pude estrenarme con Teatrozero.

Hasta aquí todo bien. Lo malo es que uno es actor, y por lo tanto está acostumbrado a mirarse el ombligo. Recuerdo que aquellos días tan solo pensaba en la actuación en si misma, en mi “éxito” como portavoz de Teatrozero. Lo bueno, es que la vida te suele poner en su sitio. Y en el primer encuentro que tuve llevando el texto de “Un extraño” en Murcia: Toma! 18 inmigrantes que habían llegado en Patera a este país…y yo delante suyo, sin excusas a las que agarrarme. ¿Cómo pensar tan solo en teatro? ¿Cómo preocuparse por la interpretación cuando un niño llora delante de ti y sabes que tus tostadas con mermelada se fabrican con sus lagrimas?
¿Cómo no transformarte cuando haces lo que debes por primera vez?

A aquella actuación le han seguido 6 en estos meses. Es curioso: cuantos más sacrificios menos excusas.

Y sin embargo sigo siendo el que era. He crecido donde he crecido y las excusas me salen solas en cuanto me despisto.

Salen las excusas porque en el fondo me sigue importando muy poco el sufrimiento de los demás. Porque no me quita el sueño.

Si sigo adelante es por otra cosa.

Si algo he interiorizado en los últimos 4 años de mi vida, es el concepto de la Vergüenza. Si hago teatrozero es porque me dan vergüenza mis excusas. Me da vergüenza mi buena vida y que personas que no tienen nada estén luchando de verdad, jugándose la vida. Me da vergüenza pensar en lo que me dirá mi hijo cuando sea consciente del mundo en el que vive.

No.

Ya no quiero ponerme excusas… pero lo hago. Envió está reflexión con 3 meses de retraso porque soy el rey de la excusas. Porque vivo bien y solo me acuerdo de los demás cuando hago –por ejemplo- Teatrozero.
Se que no es gran cosa pero es la verdad.
Me acuerdo de los demas cuando meto el cuerpo. Cuando me roba horas de sueño y de comodidad.

He hecho un descubrimiento. Ya me lo advirtieron mis compañeros pero hasta ahora no habia sido consciente de lo que implica:

Teatrozero es un rompexcusas.

Teatrozero te impide poner excusas por lo menos durante unas horas. Ójala poco a poco aprenda a llevar esto a mi vida entera, a ganarle horas a mi buena vida y a luchar no por vergüenza sino por Conciencia. Mientras tanto… solo quiero dar las gracias a los que han hecho posible este proyecto; a mis compañeros por aguantarme con mis excusas a cuestas y a Teatrozero por hacerme reflexionar sobre mi mismo, por complicarme la existencia, por otorgarnos el regalo –como diría Freire- de ser sujetos históricos y protagonistas de nuestra propia vida.

Gracias

Raúl San Julián Alonso.


25 de Febrero del 2010 (Tres meses después de lo pactado)

1 comentario:

  1. Excusa: Motivo o pretexto que se invoca para eludir una obligación o disculpar una omisión.
    Claro... es una obligación y yo creia que cuando ponia el corazon en el mundo tambien, como tu amigo mio, era para alejar la propia verguenza de mi inanicción. Yo tambien juego en la liga de los excusas. Intentaré algo, cambiar dentro de mi, mas minutos al dia, y aunque no pueda ir adelante porque no se hacerlo solo, creo que a partir de ahora no volvere a excusar a mis excusas.
    Pantxo Nieto.

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